Cinema Vintage II: The Wizard of Oz de Victor Fleming

 

Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

 

En una era donde a las nuevas generaciones solo les importa consumir el cine actual o donde los antecedentes más importantes del colectivo se remontan a los 90s, 80s, máximo hasta los 70s, en Cinema Vintage surge la idea de ir recuperando las obras maestras del cine clásico que se rodaron durante las primeras décadas de existencia del séptimo arte, pues al fin y al cabo la mayoría del cine posterior es solo una reinterpretación de todas las ideas narrativas y visuales que se concibieron por los grandes directores de aquella época, por lo que nuestra obligación como espectadores es nunca olvidar y promover la visualización de estas películas.

El Contexto: En la década de los 30s Technicolor surgió para darle colores al cine pues hasta en ese entonces las películas eran en el clásico blanco y negro. Sin embargo el camino fue bastante largo para que este formato tuviera la visualización de hoy en día, pioneras en su día en el uso de esta herramienta fueron obras como Beck Sharp de Rouben Mamoulian o The Adventures of Robin Hood de Michael Curtiz, pero la técnica como verdadero elemento de narración se catapulto en 1939 con el estreno de dos superproducciones, Gone with the wind y The Wizard of Oz, ambas dirigidas por Victor Fleming.

La Obra Maestra: The Wizard of Oz puede ser una película dirigida al público infantil pero su cinematografía la ha convertido en una de las obras más queridas y aclamadas de todos los tiempos. Fusionando dos géneros opuestos como el fantástico y el musical, visualmente subió varios niveles la escala de una superproducción pero fueron sus entrañables personajes; encabezados por la mítica Dorothy (maravillosa Judy Garland), el “inteligente” Espantapájaros o la tenebrosa Bruja del Oeste; así como sus números musicales memorables (Somewhere Over the Rainbown es seguramente el tema musical más importante del séptimo arte) los que elevaron la inmortalidad de su legado.

La Escena: Entre numerosos momentos míticos, la llegada de Dorothy a la tierra de Oz guarda un tesoro muy especial. Tras una introducción ambientada en la realidad en blanco y negro, la protagonista llega a un mundo lleno de colores e imaginación, al abrir la puerta hacia este terreno de fantasía el Techincolor se dispara para iluminar los cielos, los paisajes, el vestido azul de Dorothy, el camino dorado, las zapatillas de rubíes y los tonos verdosos de Ciudad Esmeralda. La legendaria frase “Toto, I´ve a feeling we´re not in Kansas anymore” es una declaración de intenciones, ya no estamos en el cine en blanco y negro, estamos el cine a colores y luce tan radiante como Oz.

La Influencia: No cabe duda que la principal aportación de The Wizard of Oz a la cinematografía mundial fue explotar el uso del color como nunca se había visto, y si bien los filmes en blanco y negro aun dominaron gran parte de los 40s, el cine a color ganó mucho terreno sobre todo en el ámbito de las grandes películas de estudio, ya para los años 50s películas como The Ten Commandments de Cecil B. DeMille, Vertigo de Alfred Hitchock, Singin in the Rain de Stanley Donen o Ben Hur de William Wyler confirmaron la tendencia del nuevo cine, el color había llegado para quedarse.